Durante mucho tiempo, mi vida estuvo marcada por una resistencia constante hacia el riesgo y a tomar la iniciativa. Aunque tengo una profunda pasión por el arte y la fotografía, mis miedos al fracaso y, curiosamente, al éxito, me mantenían en una zona de confort que, en retrospectiva, resultó ser un callejón sin salida. Las oportunidades se desvanecían frente a mí, y a los 44 años, siento el peso de un tiempo desaprovechado. La consciencia de haber dejado pasar tantas posibilidades alimenta un lamento interno; lamento no haber hecho el esfuerzo necesario para superar esos miedos que, de alguna manera, actuaban como cadenas. Además de estos desafíos, mi lucha con la ansiedad social ha añadido más ingredientes a este cóctel de estrés, ansiedad y frustración.

Mi capacidad creativa se vio afectada por una severa auto-crítica y pensamientos negativos irracionales. Durante este proceso de autodescubrimiento, he tenido que aprender a dominar el pensamiento positivo y proactivo. La autocritica, en su forma más severa, actúa como un freno a mi expresión artística, creando un diálogo interno negativo que obstaculiza mi capacidad creativa. Ahora, parte de mi viaje hacia la autenticidad implica desafiar y cambiar estos patrones de pensamiento.

En mi búsqueda de respuestas, me topé con el concepto de "autenticidad" y decidí explorarlo más a fondo. Descubrí que la autenticidad se refiere a vivir de acuerdo con mis valores, deseos y creencias genuinos en lugar de ser influenciado por las expectativas externas. No se trata de ser radicalmente diferente o de egoísmo, sino de ser yo mismo con integridad.

Ser auténtico implica la conexión con mis valores, tomando decisiones que se alinean con lo que es realmente importante para mí. En ese proceso, encontré el concepto de "encontrar mi voz" como una pieza fundamental en el rompecabezas de la autenticidad.

Encontrar mi voz significa descubrir y expresar mi perspectiva, pensamientos y opiniones únicos de una manera auténtica y fiel a quién soy. Implica descubrir mis creencias, valores y deseos más íntimos y tener el coraje de compartirlos con el mundo. Cuando encuentro mi voz, aprovecho mi individualidad y adopto mi propia forma de pensar y expresarme.

Este viaje hacia la autenticidad se ha convertido, para mí, en un proceso de autodescubrimiento y autoexpresión. Requiere autorreflexión, introspección y voluntad de explorar mis propios pensamientos y emociones. Se trata de comprender lo que realmente me importa y tener el coraje de comunicarlo a los demás.

Inspirado por este poderoso concepto, surge la pregunta: ¿Cómo encuentro mi propia voz? Con esta interrogante en mente, he iniciado un viaje de autodescubrimiento y expresión auténtica como artista. Encontrar mi voz va más allá de simplemente tener algo que decir; se trata de descubrir la confianza y autenticidad para hablar y ser escuchado.

Al igual que una huella dactilar, mi voz es distintiva y única. Nadie más puede replicarla. Aprendí que cuando un artista encuentra su voz, se vuelve más empoderado y seguro para expresar sus ideas y defender lo que cree. Este proceso me permitirá conectar con otros en un nivel más profundo, ya que la voz auténtica resuena con aquellos que aprecian y se relacionan con otra perspectiva.

En resumen, estas reflexiones personales sobre la autenticidad, encontrar mi voz, enfrentar la ansiedad social y atender mi salud mental, así como dominar el pensamiento positivo y proactivo, me han llevado a reconocer la importancia de abrazar mi singularidad en este viaje. La atención a la salud mental y el cambio en mi diálogo interno son también pilares fundamentales que sostienen mi proceso de autodescubrimiento y crecimiento.

Estudié arte, pero todos mis conflictos internos me mantuvieron desconectado de él. Mis miedos siempre me llevaban por otro camino, pero allí no encontraba paz ni me sentía realizado. No se trata de que no entendiera que hay que aprender a vivir dentro de las circunstancias, pero no podía entender que no podía ser víctima de las circunstancias. Este conflicto interno, sumado a la auto-crítica severa, me alejó de mi pasión y me hizo vagar por caminos que no satisfacían mi verdadera búsqueda. Ahora, al abrazar la autenticidad, encuentro un camino más alineado con mis valores y deseos, permitiéndome reconectar con mi arte de una manera más plena.

Compartir esta experiencia no es fácil para mí, ya que exponerme emocionalmente implica enfrentar mis propios miedos y vulnerabilidades. Sin embargo, formar parte de este proceso es esencial para mi crecimiento personal y artístico. Si hay alguien que se identifica con mi viaje, espero que pueda encontrar alguna inspiración o apoyo en mis reflexión.